La OSCE advierte de consecuencias a largo plazo de la destrucción de la presa de Kajovka

Especialistas de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) advirtieron hoy las consecuencias a largo plazo de la destrucción de la represa hidroeléctrica de Kajovka, ubicada en una región ucraniana dominada por Rusia, incluidas las amenazas para la seguridad energética y la producción agrícola.

“Los expertos de la OSCE destacan las consecuencias inmediatas y a largo plazo de la destrucción de la presa”, señaló la organización en un comunicado. Según los especialistas, la inundación de tierras y granjas amenaza con “socavar la producción agrícola, y la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka podría causar cortes de energía masivos en la región”.

Además, la OSCE advirtió que un descenso del nivel del agua en el embalse que abastece a la central nuclear de Zaporiyia podría afectar la seguridad nuclear, informó la agencia Sputnik.

Una parte de la presa hidroeléctrica de Kajovka, en el curso bajo del río Dniéper, sufrió graves daños estructurales en la madrugada del martes pasado, por un ataque o acto de sabotaje del que Moscú y Kiev se acusan mutuamente.

La destrucción de la represa de Kajovka forzó la evacuación de miles de personas tras la crecida del río Dniéper y su consecuente inundación que anegó decenas de localidades, incluyendo partes de Jerson capital y zonas de la provincia homónima, en el sur ucraniano.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que por lo menos 16.000 personas ya han perdido sus viviendas.

Por su parte, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, tuiteó sobre “acontecimientos preocupantes” tras la ruptura y anunció que viajará la próxima semana a la planta nuclear de Zaporiyia, que está río arriba.

También el Fondo Monetario Internacional (FMI) se manifestó muy preocupado por las consecuencias de la destrucción de la represa.

“Estamos muy preocupados por el impacto social, económico y ambiental de la destrucción de la represa de Nóvaya Kajovka”, señaló a Sputnik un portavoz del organismo multilateral.

La presa de 30 metros (98 pies) de altura y la central hidroeléctrica de Kajovka están ubicadas a unos 70 kilómetros al este de la ciudad de Jerson, un epicentro del conflicto en una región que Rusia ha declarado como anexada, pero que no controla por completo.

La represa ayuda a proporcionar electricidad, agua para riego y agua potable a una amplia franja del sur de Ucrania, incluida la Península de Crimea, que fue anexada por Rusia en 2014.

La enorme zona agrícola de Ucrania, que está alimentada parcialmente por el río Dniéper es vital para los suministros mundiales de grano, aceite de girasol y otros productos alimenticios.

Los precios del trigo y del maíz a nivel internacional subieron el martes por temor a que la producción pudiera verse interrumpida.

Rusia ha tenido el control de la presa desde los primeros días de la guerra, y Moscú y Kiev se han acusado de atacarla. Ucrania dijo que el año pasado los soldados que la ocuparon detonaron explosivos que dañaron tres compuertas, que ayudaron a regular los niveles del agua. En mayo eran evidentes algunos signos de daños en las compuertas.

La compañía ucraniana que gestiona la represa y la central eléctrica estima que tomará unos cuatro días para que la reserva alcance un equilibrio y deje de verter enormes cantidades de agua.