La visibilización del deseo.

Una crítica a la obra teatral El Amor lésbico.

 

Una mujer espera en su habitación la llegada de su amante casada para tener un momento de placer y amor lésbico. Todos los elementos están ahí: el perfume, las flores, el vino, la ropa sexie, la música; pero ella esta ausente. ¿Dónde esta? ¿Llegará en algún momento?
Solo un celular es el único puente de contacto que puede mediatizar este conflicto. A partir de ahí todo se desarrolla; bastará con ver este unipersonal con tintes de comedia y drama para saber las respuestas.

La reciente obra estrenada en Argentina de Gustavo Colletti es un manifiesto del deseo humano y de todas las marcas que conlleva en nuestra sociedad.
El deseo insatisfecho, el deseo ansioso que anhela más y más aquel acto milagroso que nos complete totalmente. Verbalizaciones de nuestra sexualidad y afectividad que constantemente están presentes en cada uno de nosotros/as.
Buscamos y buscamos pero también esperamos la llegada de este éxtasis, y es justamente quizás, en este acto de “esperar”, la predisposición ideal para el desenvolvimiento de muchas reflexiones sobre nuestras relaciones sexoafectivas. Lo que justamente la protagonista (actuado por Belen Demolli) de esta obra realiza mientras espera su amante: problematizar, mediatizar y reflexionar con mucha comedia y con la complicidad del público, los logros sociales y las realidades que les toca vivir a las personas homosexuales frente a las heterosexuales día a día en las relaciones interpersonales. Mientras que va manifiestado a flor de piel sus deseos sexuales y afectivos de forma limpia y concisa en esta espera que no parece no tener fin. Y contando sus vivencias pasadas anecdóticamente con mucha comedia y complicidad.
Es esto mencionado anteriormente, el corazón de la obra, El amor lésbico es un manifiesto que nos obliga a replantear y reflexionar todavía donde estamos ubicados como sociedad a la hora de relacionarnos en materia de sexualidad.
La obra surge como una consecuencia necesaria de visibilizar frente la fuerza hegemónica heterosexual, la existencia de otras manifestaciones sexo/afectivas que operan a través del deseo.
La actriz elegida, Belen Demolli, ha sabido interpretar y actuar el guión de la obra con exactitud y mucha carisma. Sabe redireccionar las energías que la obra propone en su totalidad. El teléfono del fondo, la ventana hacia el mundo exterior a su izquierda, las sillas a su centro/derecha son puntos cardinales importantísimos para direccionar esta espera constante del deseo. No es un dato menor tener en cuenta la carga actoral que eso conlleva, y bastaría imaginar el futuro de esta joven actriz si llegará a continuar esta obra en espacios de mayor envergadura. Tengo grandes expectativas para ella a partir de lo visualizado en este trabajo.
Por otro lado, el manejo de las luces, sonido y escenografía cumplieron de forma sobria y moderada su objetivo.
En conclusión El amor lésbico, es una obra unipersonal exquisita y sumamente importante para la época que estamos viviendo. Funciona correctamente como un acto reinvindicativo de todas las sexualidades y para seguir en la busqueda de mucho más, frente a los valores sociales antiguos con que nos hemos estado manejando en el pasado.