Santiago Kovadloff: “Si dejara de escribir no podría darle sentido a mi vida”

El filósofo y ensayista tuvo una charla a fondo al aire de Eco Medios donde repasó sus inicios en la escritura, qué lugar tiene la poesía, la política y las expectativas que tiene sobre su legado.

  • ¿Cómo fueron tus inicios en la escritura? ¿Qué sentiste al tener tu primer libro publicado?
  • Empecé a escribir historias en las que contaban cosas, como aquellas que desplegaba en el juego con mis soldados y creo que escribí o empecé a hacerlo para seguir jugando y creo que sigo jugando. Cuando tuve mi primer libro en las manos sentí una felicidad extraordinaria, que no había nada que me pudiera dar lo que esa felicidad me estaba dando, ser autor, siendo chico todavía, un autorcito.

Consultado por lo que intenta generar en el otro con sus obras, no duda en afirmar que “nosotros traducimos como ensayistas, las provocaciones que un tema o una idea nos suscita, de manera que podamos comunicarle al lector la intensidad con que vivimos un concepto”.

  • ¿Te imaginás en algún momento dejando de escribir?
  • No. Si yo dejara de escribir no sé qué haría, no sé cómo infundiría sentido parcialmente al menos a mi vida, tendría la convicción de que, si dejara de escribir, solo duraría. No es un interés el que me impulsa a escribir, hay algo ineludible en la vocación y uno no tiene una vocación, es la vocación la que nos tiene a cada uno de los que vivimos con ella.

Amante de la poesía, admite que su aparición se habilita cuando se da un “pasaje de la familiaridad excesiva al deslumbramiento propio del asombro” y que por la repentización que puede demandar la creación del género “siempre tener en la mano una pluma y un cuaderno me resultaron prolongaciones indispensables del cuerpo”.

En tiempos de grieta en la Argentina y con una capacidad de visión más allá de la media, el entrevistado admite entender a la política como “la capacidad de conversar con quien no piensa como nosotros, conductas que compartidas generan convergencia y unidad”. Además, distingue al político del profeta.

“Para mí el profeta es el hombre que es capaz de diagnosticar un porvenir cercano en virtud de los emergentes que el advierte en el presente”, admite.

  • ¿Qué profetas podrías distinguir tanto de la historia argentina como mundial?
  • Gandhi y Mandela son figuras que han atraído la posibilidad de ser escuchados como grandes diagnosticadores del presente en función del porvenir, mientras que en la Argentina Alberdi tuvo esa capacidad de entender por dónde pasaban los desafíos de su tiempo que encarados y resueltos podían augurar una calidad de porvenir a nuestro país”.
  • ¿Qué esperás que deje en la gente tu obra?
  • “Es muy difícil precisar que puede resultarle significativo a otro venidero, ¿Qué querría yo?, que algo de lo que he escrito le signifique íntimamente a alguien”.