Marcado por la crítica política, Río de Janeiro cierra sus desfiles de carnaval

La desigualdad, la homofobia, la intolerancia y la corrupción, algunos de los grandes problemas de Brasil, fueron representados en la segunda y última noche del desfile del carnaval del sambódromo de Rìo de Janeiro por parte de la escuela de samba Beija Flor, dando a la edición de 2018 un cierre con tono político a la mayor fiesta del gigante sudamericano.

Beija Flor trazó un paralelo de los 200 años de la novela Frankenstein, de Mary Shelley, con los monstruos de la sociedad brasileña, lo que levantó al público al igual que el primer día, cuando Paraíso de Tuiutí sorprendió al mostrar “la nueva esclavitud” en la economía y a caracterizar como “vampiro neoliberalista” a presidente Michel Temer.

El espectáculo que se extendió hasta las 7 de este martes contó con los desfiles también de las escuelas de samba Salgueiro, Unidos da Tijuca, Portela e Imperatriz Leopoldinense.