La investigó por redes sociales, se metió en su oficina y le dejó una carta

Juana, tiene 24 años y trabaja en el microcentro porteño. Encontró un par de golosinas y una carta de un hombre que había visto su perfil en Tinder y luego, a través de Instagram, averiguó el lugar donde trabajaba y se metió ilegalmente.

Conmocionada por lo sucedido, Juana contó: “Cuando vi la bolsa en mi escritorio pensé que se la habían olvidado ahí. Miré a ver qué tenía adentro y encontré una carta que decía para Juana. Cuando abrí el sobre y empecé a leer me dio mucho miedo”.

La víctima explicó: “Es una persona que no conozco, que nunca vi, ni hablé. Entré a mi cuenta de Instagram y seguía sin reconocerlo. Entonces, cuando entré a mis mensajes, encontré todos los mensajes que me había enviado sin ser amigos”.

“No hice ninguna denuncia. Se lo conté a mis amigos en el momento, ni siquiera se lo conté a mis papás para no preocuparlos. Vivir sola ya les genera una preocupación extra, contarles que una persona me acosa hubiera sido preocuparlos el doble y no quiero eso”, dijo Juana.

“Lo bloquee directamente. Y por ahora no me volvió a contactar. Pero no estoy segura, en los mensajes me ponía y no respondía, me decía que no me iba a hablar más, pero al otro día me volvía a hablar”, siguió Juana.

“Vimos los vídeos de mi oficina para ver cómo había entrado. Porque a mi oficina entrás con una tarjeta magnética”, dijo, y luego explicó: “Esperó a que alguien entre, y el primero que pasó fue un chico de mantenimiento que, pobre, no tiene la culpa. El pibe este le dijo mi nombre y, como yo justamente soy la encargada de la gente de mantenimiento, le mostró dónde estaba mi escritorio. En las cámaras aparece que se queda 10 minutos chusmeándome el escritorio. Fue horrible me sentí muy vulnerable”.

Ante la consulta de si había guardado las imágenes de las cámaras de seguridad, dijo: “No pensé hacer denuncia en ese momento, no quise armar mucho revuelo en mi oficina. Solo queríamos ver como entró y qué hizo en la oficina mientras estábamos todos en reunión”.

LA CARTA DEL ACOSADOR