Femicidios: recomiendan a los medios evitar el tratamiento “policial” y darles perspectiva de género
El Ministerio bonaerense de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual recomendó hoy a los medios de comunicación evitar el tratamiento “policial” de los femicidios, travesticidios y transfemicidios, darle una contextualización singular que los disocie de otros delitos penales, y evitar usar imágenes morbosas o sexistas del hecho y la víctima.
“Estamos presentando hoy el informe completo de un estudio especial que se realizó sobre el tratamiento mediático de los femicidios, transfemicidios y travesticidios porque es fundamental pensar cómo contribuye o no el modo en que los medios abordan una problemática tan acuciante como es esta forma extrema de la violencia de género”, explicó a Télam la ministra de Mujeres bonaerense, Estela Díaz.
La funcionaria destacó así la importancia del informe titulado “Femicidios, travesticidios y transfemicidios en la prensa gráfica digital argentina”, que fue realizado por la Subsecretaría de Política contra las Violencias por Razones de Género.
Ese organismo analizó 180 notas publicadas en la prensa sobre 50 femicidios, 4 femicidios vinculados y 3 transfemicidios y travesticidios ocurridos en el primer semestre del 2020.
Se observó que los femicidios perpetrados en el ámbito doméstico representaron un 90 por ciento de los casos y que tuvieron mayor cobertura mediática que los ocurridos en otros ámbitos.
En tanto, un 66 por ciento de los casos aparecen en la sección policiales de los medios analizados.
Esa decisión editorial “implica el abordaje del femicidio como un hecho de inseguridad. Es decir, a pesar de que muchas de las noticias relevadas presentaban en su título la palabra femicidio, construían un relato carente de contextualizaciones relacionadas con las violencias por razones de género”, detalló el informe al que accedió Télam.
El Ministerio destacó en su informe que “los femicidios, travesticidios y transfemicidios, se distinguen del resto de los delitos porque representan una particularidad social, cultural y política que debe ser atendida”.
Con respecto a las fuentes utilizadas para informar sobre estos hechos, predominan las fuentes policiales y judiciales, que, según consideró el informe, “carecen de perspectiva de género, lo que impacta directamente en la producción de la información y, por lo tanto, en la calidad informativa que reciben las audiencias”.
La cartera bonaerense recomendó a los medios de comunicación “evitar el tratamiento policial de las noticias de femicidios, travesticidios y transfemicidios, y disociarlos del resto de los delitos, dándole un tratamiento singular”.
“No utilizar imágenes sexistas y/o morbosas que conlleven a la revictimización y dar cuenta del contexto que permite inscribir los sucesos en un hecho sociohistórico”, detalló la cartera en el estudio.
También recomendó “evitar el tratamiento mediático de los casos de femicidios, travesticidios y transfemicidios desde el punto de vista del perpetrador” e incorporar “consultas expertas y de acompañantes (Ley 12.569 Inciso 6) pertenecientes a organizaciones e instituciones en materia de violencias por razones de género en la cobertura de los casos de femicidios, travesticidios y transfemicidios”.
Aconseja además incorporar en los medios la figura de una Editora de Género y “formar a las trabajadoras y los trabajadores de la comunicación en materia de género y derechos humanos desde una perspectiva feminista”.
“El rol de los medios de comunicación es clave en ser parte de la prevención de la violencia de género pero en muchos otros casos contribuye desde un aspecto negativo a través de la forma de violencia mediática y simbólica”, sostuvo Díaz.
La ministra expresó su compromiso de “trabajar en diálogo con los y las trabajadoras de prensa e ir construyendo consenso con las empresas de comunicación para dar enfoques que sean parte de la solución a este problema y no su agudización”.
“Esperamos que se profundice ese camino de diálogo que contribuya a prácticas saludables y preventivas”, concluyó.