El Senado convirtió en ley la reforma a las jubilaciones especiales

La votación terminó 41 a 21.

El Senado de la Nación debatió la ley de reforma de las jubilaciones especiales del servicio diplomático y jueces impulsado por el Frente de Todos, en medio de estrictas medidas de profilaxis contra el coronavirus y rumores (desmentidos) de un posible cierre del Congreso. Además de haber reforzado la limpieza e higiene, se buscó evitar la presencia de muchas personas en un mismo lugar por lo que se prohibió el ingreso de periodistas y asesores a la galería del primer piso y al hemiciclo. Así será durante lo que resta del mes también en las reuniones de comisiones.

A las 17:57 se votó y se sancionó la ley con 41 votos a favor, 21 en contra y ninguna abstención. A la hora de la votación hubo diez ausentes, entre ellos Adolfo Rodríguez Saá (prefirió preservarse porque está operado del corazón); Carlos Menem (tiene 89 años) y Roberto Basualdo que acaba de llegar de un viaje a Estados Unidos y siguió las recomendaciones del Ministerio de Salud. Con Juntos por el Cambio votaron contra el oficialismo la neuquina Lucila Crexell y Carlos Reutemann, mientras que con el oficialismo votó el rionegrino Alberto Weretilneck. Se retiraron sin votar los radicales María Belén Tapia, Silvia Elías de Pérez, Julio Martínez y Silvia Giacoppo, además del cordobés Ernesto Martínez.

La ley que deberá promulgar Alberto Fernández sube del 12% al 18% los aportes de estos dos regímenes especiales y establece el haber jubilatorio en el 82% del promedio de los 120 últimos salarios de jueces y diplomáticos; establece la suba gradual de la edad requerida para realizar el trámite hasta llegar a 60 años para las mujeres y 65 años para los hombres. La modificación no cuenta para el servicio exterior, donde la actual legislación establece ya 65 años como edad de jubilación.

Hubo momentos de mucha tensión. Varios los protagonizó Cristina Kirchner, que se molestó con los senadores opositores por la reiteración de pedido de la palabra para debatir bajo la forma de cuestiones de privilegio. Retó a varios (por ejemplo por leer, lo que no está permitido en estos casos) y aplicó a rajatabla el reglamento.

Otro momento de tensión fue cuando Oscar Parrilli contestó a las acusaciones del gobernador Gerardo Morales quien les atribuyó a él y a Cristina Fernández la autoría del proyecto de Snopek. Negó que la iniciativa busque la liberación de la líder Tupac Amaru pero cometió un furcio: “A confesión de partes Milagro Sala”, dijo, y se corrigió de inmediato al decir “relevo de pruebas”.

Tras un homenaje a Raúl Alfonsín en el que hubiera sido el día de su cumpleaños y por lo que hoy se conmemora el día del militante radical, pidió la palabra la senadora jujeña Silvia Giaccoppo que había argumentado el martes en contra del proyecto de intervención del Poder Judicial de Jujuy.

Entonces Fernández de Kirchner se enojó porque consideró que no era una cuestión de privilegio sino una respuesta a Fernández Sagasti, lo que no está permitido por reglamento. Giaccoppo insistió en sentirse aludida y la vicepresidenta alzó la voz para remarcarle que eso deberá discutirse en comisión. Entonces pidió que se cortara el audio a los senadores para retarlos en conjunto, recordó que cuando fue senadora se acogió al reglamento y que lo aplicaría hoy. “Va a ser interminable porque si no, va a responderle la senadora Sagasti o la senadora Sacnun. Pasa a comisión”, rebatió a Giaccoppo, a quien no le dio más la palabra mientras protestaba otra vez el senador formoseño Luis Naidenoff como jefe del interbloque de Juntos por el Cambio.

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