El juez designado para investigar el magnicidio en Haití renuncia por su seguridad

El juez Mathieu Chanlatte, designado esta semana para instruir la investigación judicial del asesinato del presidente de Haití Jovenel Moise, renunció en las últimas horas al caso argumentando preocupaciones por su seguridad.

“Me desvinculo de este caso por razones personales y ordeno su devolución al decano de este tribunal”, escribió el letrado en una carta dirigida al jefe del Tribunal de Primera Instancia de Puerto Príncipe, Bernard Saint Vil.

“Decidí tomar esta decisión porque todas las autoridades que debían atender mis necesidades en materia de seguridad personal no respondieron favorablemente a mis peticiones después de una semana”, añadió el magistrado al diario The Miami Herald.

Horas antes de confirmarse su renuncia, la prensa local alertó que Chanlatte no tenía asignado un guardia que garantizara su seguridad y la de sus familiares, después de que varios de los jueces y empleados implicados en el caso tuvieron que esconderse tras recibir amenazas.

El jueves pasado se conoció la muerte en circunstancias aún por determinar del secretario judicial que debía asistir a Chanlatte en la investigación, precisó la agencia de noticias Sputnik.

La Asociación de Registradores Haitianos calificó el hecho de asesinato, y varias personalidades señalaron que el fallecimiento constituía una forma de intimidación.

A poco más de un mes del magnicidio ocurrido el 7 de julio en la residencia privada de Moise, la Policía mantiene detenidos por el caso a 44 personas, entre ellas 18 militares colombianos retirados acusados de ser los autores materiales del crimen.

También arrestaron a un presunto autor intelectual, un médico haitiano con residencia en Florida, Estados Unidos, llamado Emmanuel Sanon y quien supuestamente organizó la operación para jurar como presidente.

Sin embargo, todavía continúan muchas interrogantes sin respuesta, entre ellas por qué el comando armado no escapó del país, cuáles eran los planes de Sanon para llegar al poder, y cómo un grupo de extranjeros pudo llegar sin resistencia a la habitación de uno de los hombres más custodiados de la nación.

La Policía aún no liberó las imágenes de la cámara de vigilancia de la residencia presidencial, mientras el Gobierno solicitó ayuda de Naciones Unidas y Caricom (el bloque que reúne a los países del Caribe), y pone en duda que entre los arrestados se encuentran los verdaderos autores intelectuales.