Descartaron la presencia de coronavirus en el crucero en Italia y autorizaron el desembarco de las 7.000 personas

Una mujer de 54 años había sido aislada en la enfermería, junto a su compañero de viaje. El hospital Spallanzani, a cargo de los exámenes, informó, a través de un comunicado, que los resultados dieron negativos.

El resultado definitivo de los análisis realizados a una mujer originaria de Macao, China, que se encuentra a bordo del crucero Costa Smeralda, bloqueado el jueves en el puerto italiano de Civitavecchia y procedente de Palma, han dado negativo en coronavirus, confirmaron los médicos italianos responsables de los exámenes.

La mujer de Macao, región autónoma de la costa sur de China, presentaba fiebre y problemas respiratorios, y había sido aislada junto con su marido en el hospital del barco, en el que viajaban otras 7.000 personas. La mujer y su marido habían embarcado en el puerto de Savona, en Génova, después de llegar al aeropuerto de Malpensa, en Milán, el pasado 25 de enero, según las informaciones locales.

“Después de llevar a cabo todos los análisis siguiendo los protocolos operativos en dos pasajeros del barco atracado en el puerto de Civitavecchia, el resultado es negativo”, informó el hospital Spallanzani de Roma en un comunicado.

Hasta la embarcación se trasladó un equipo de ese hospital de la ciudad de Roma, que realizó las pruebas a la mujer y después las analizó en el centro para obtener un resultado en pocas horas.

“El ministerio de Salud nos alertó de posibles casos y envió tres médicos a bordo para realizar los exámenes”, informó una vocera del centro de salud de Civitavecchia.

La empresa italiana Costa Cruceros, a cargo del viaje, confirmó que había 6.000 pasajeros a bordo y el resto eran miembros de la tripulación. La firma de cruceros explicó que “activó el protocolo para un caso sospechoso relacionado con un huésped de Macao actualmente a bordo de Costa Smeralda”, según el comunicado.

Entre los pasajeros, hay 35 personas de nacionalidad argentina, según informó la cónsul en Roma, María Lucía Dougherty de Sánchez.

“Por supuesto estamos un poco preocupados. Nadie sube ni baja del barco con excepción de los médicos. Estas vacaciones corren el riesgo de terminar por ser una pesadilla”, comentó sobre las horas que estuvieron varados uno de los pasajeros.