Virgin Galactic despega hacia el espacio con el multimillonario Richard Branson a bordo

El multimillonario Richard Branson, de 70 años, volará al espacio este domingo desde Nuevo México, en Estados Unidos, para pasar unos minutos en ingravidez a bordo de una nave de Virgin Galactic.

Este británico, que fundó esa empresa hace 17 años, busca propulsar la incipiente industria del turismo espacial y también superar a su competidor, el estadounidense Jeff Bezos, fundador de Amazon, quien también se propone cruzar la frontera espacial.

El jefe de la estadounidense SpaceX y rival de Bezos, Elon Musk, anunció en Twitter que asistirá al despegue el domingo. “Te veré allí para desearte lo mejor”, le dijo a Branson.

El británico tendrá una misión bien precisa durante su viaje: probar y evaluar la experiencia que vivirán sus futuros clientes.

El despegue, que estaba pautado para las 7 horas locales, debió reprogramarse una hora y media debido a las condiciones meteorológicas, anunció la compañía esta madrugada.

El vuelo se transmitirá en directo a través de la página web de Virgin Galactic.

Otros multimillonarios ya han estado en el espacio en la década de 2000, pero a bordo de cohetes rusos.

En esta ocasión, el viaje no se iniciará con un cohete, sino con un enorme avión que transportará la nave espacial.

Una vez que haya despegado de una pista tradicional, el avión conducido por dos pilotos tomará altura durante aproximadamente una hora.

Adosada a la parte inferior del avión se encontrará la nave espacial VSS Unity -una copia del modelo SpaceShipTwo- con otros dos pilotos y cuatro pasajeros a bordo: Richard Branson y tres empleados de su empresa.

A una altura de unos 15 kilómetros, la nave, que tiene el tamaño de un jet privado, se soltará y encenderá su motor para un ascenso supersónico hasta una altura de más de 80 kilómetros, el límite establecido en Estados Unidos para la frontera espacial.

Una vez apagado el motor, los pasajeros podrán desprenderse de sus asientos y flotar durante unos minutos en ingravidez, y observar la curvatura de la Tierra desde una de las 12 ventanas de la cabina.

Tras alcanzar un pico de altitud de unos 90 km, la nave descenderá planeando.

“Cuando era niño, quería ir al espacio. Como eso no parecía probable para mi generación, registré el nombre Virgin Galactic, con la idea de crear una empresa que lo hiciera posible”, escribió Richard Branson hace unos días.

Un objetivo que estuvo a punto de fracasar en 2014: el accidente en vuelo de una nave de Virgin Galactic provocó la muerte de un piloto, retrasando considerablemente el programa.

Desde entonces, VSS Unity ya ha llegado al espacio en tres ocasiones, en 2018 y 2019, con pilotos a bordo e incluso un pasajero en 2019.

El domingo, el evento se celebrará en Spaceport America, una base espacial construida en el desierto de Nuevo México, a menos de 100 km al norte de la pequeña ciudad de Las Cruces.

Virgin Galactic inició su construcción, financiada en gran medida por este estado del suroeste de Estados Unidos.

La base incluye una pista de más de 3,6 km de longitud y un edificio con espacios dedicados a las operaciones de vuelo, así como a la recepción de futuros clientes.

Después de este domingo, Virgin Galactic prevé dos vuelos más de prueba, para luego iniciar operaciones comerciales regulares para principios de 2022. A largo plazo, pretende realizar 400 vuelos al año desde Spaceport America.

Unos 600 boletos ya fueron vendidos a personas de 60 países diferentes, incluidas celebridades de Hollywood, por un precio de entre 200.000 y 250.000 dólares.

Aunque Branson siga repitiendo que “el espacio es de todos”, la aventura sigue estando al alcance de unos pocos privilegiados.

“Cuando regrese (del espacio), anunciaré algo muy emocionante para que más personas puedan convertirse en astronautas”, prometió.

La competencia en el sector del turismo espacial, cuyo inminente inicio se viene anunciando desde hace años, se aceleró vertiginosamente este mes: el hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, también tiene previsto llegar al espacio el 20 de julio con el cohete New Shepard, desarrollado por su empresa Blue Origin.

La firma mostró el viernes sus méritos frente a los de Virgin Galactic: el New Shepard sube a más de 100 km de altura, y supera así lo que se conoce como línea de Karman, que marca el inicio del espacio según la convención internacional.