Tras la denuncia de su sobrina, José Alperovich volvió al país

El senador tucumano se encontraba de vacaciones con su familia. Hoy deberá ira al Congreso para ratificar su pedido de licencia.

José Alperovich llegó antes de las 7 de la mañana a Buenos Aires desde Miami, donde estaba de vacaciones junto a su familia, tras la denuncia por violación que hizo su sobrina.

Aparentemente anticipó su regreso para poder tratar este miércoles su pedido de licencia personalmente en el Senado y ejercer su defensa. Además, se le tomará juramento a los 24 nuevos senadores y se elegirán a las nuevas autoridades de la Cámara alta.

El legislador cercano al espacio del Frente de Todos se quedó sin respaldo político. El presidente electo Alberto Fernández​ dijo que espera que la causa se investigue y que la denuncia “si es cierta, es muy grave”.

El texto con el pedido presentado por Alperovich está dirigido a la presidenta del Senado, Gabriela Michetti​, y dice: “A fin de dedicar mi esfuerzo y mi tiempo a desbaratar la infamia, aclarar la verdad, y reparar mi honor, le pido expresamente que me confiera licencia en mi honorable cargo”.

La nota aclara que la licencia será “sin goce de haberes”. No lo aclara, pero se extendería hasta que se “establezca la verdad” en la investigación judicial.

El texto tiene apenas dos puntos más. En el primero sostiene: “En estos días, como es de público conocimiento, he sido víctima de denuncias promovidas en mi contra”. En el segundo, agrega: “La imputación es absolutamente falsa, lo cual demostraré, a la corta o a la larga, ante la Justicia”.

Esas denuncias que Alperovich desmiente surgieron a partir de la carta de una de sus sobrinas donde relató los abusos que sufrió por parte del senador: “No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe”, dijo la joven en la carta.

Y agregó: “El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él”.

El senador se apuró a desmentir el contenido de las denuncias presentadas en un juzgado de Tucumán y otro de la Ciudad de Buenos Aires.