Luciano Castro, emocionado al contar cómo fue la charla que tuvo con su hijo mayor tras la filtración de sus fotos íntimas

El sábado por la noche, el actor y su mujer, Sabrina Rojas, pasaron por el living de PH, Podemos Hablar y se abrieron con fuertes declaraciones

Tras la filtración de sus fotos íntimas, la pareja se sumió en una crisis en la que cada cual tuvo vía libre para hacer lo que quería. Sin embargo, el amor pudo más y el matrimonio, que lleva diez años juntos y tiene dos hijos en común, Esperanza y Fausto, superó el malestar y se reconcilió.

Además, hizo énfasis en lo que fue hablar con su hijo mayor: “La charla con mi hijo es distinta a la de mi mujer. Para mí es mucho más angustiante hablar con mi hijo que con mi esposa, porque uno tiene en la cabeza la responsabilidad de ser padre, y pensar cómo puede afectar y cómo puede llegar el efecto rebote a él. Pero mientras yo pueda hablar con él, y lo pueda tener cerca…” y agregó: “Tuvimos una buena charla. Me dijo cosas que no me gustaban, pero prefiero tener un hijo que me diga las cosas en la cara de frente y cosas feas, cosas que no me gustan, a tener un hijo sumiso y que diga ‘si papi, no pasa nada’. Entonces yo estoy orgulloso y feliz de tener el hijo que tengo”.

Luego, contó cómo superaron la crisis de pareja con Sabrina: “Tuvimos una capacidad de diálogo enorme, por más que no sea grato muchas veces el diálogo. Pero es un pacto que tenemos como pareja y lo ejecutamos. Eso nos hace muy bien, es sanador”, a lo que la modelo agregó: “Si hay amor, siempre vale la pena el diálogo. La pasás mal, revolvés mucha mierda, en esa mierda retrocedés y decís ‘esto no se puede’. Pero después volvés. Creo que es por el diálogo, la verdad absoluta: a partir de ahí ves si te podés elegir. Porque si la verdad absoluta no está, volvés a caer porque seguís siendo parte de una relación que es una mentira”.

Y concluyó: “En estos años hemos tenido ocho mil crisis y también alguna que otra separación. Una vez se nos fue de la manos y no me preocupa, porque cuando escuchás y hablás le pasa a todo el mundo: es insostenible una relación siempre con armonía”.