Las correcciones en los frentes fiscal y externo; con un cambio de tendencia en el nivel de actividad

LA SEMANA EN POCAS PALABRAS

A los recientes anuncios en materia fiscal orientados a apuntalar los ingresos del sector público nacional en lo que resta de este año y el próximo, se sumaron esta semana los datos fiscales del mes de julio, los cuales continúan mostrando avances en este frente a partir de una nueva reducción del déficit primario, que apunta a garantizar el cumplimiento de la meta incluida en el acuerdo con el FMI para el 2018. También se observaron señales de una corrección de las cuentas del sector externo, donde vuelve a registrarse una retracción en las importaciones (sin combustibles) y en los egresos netos por viajes al exterior, tras la suba reciente del tipo de cambio. Como contracara, los efectos del ajuste en la paridad cambiaria también se vieron reflejados en los datos del nivel de actividad correspondientes al mes de junio, sumándose nuevos sectores a la baja que ya venía observándose en el sector agrícola y sus actividades conexas fruto de la sequía.

En lo que hace a los números fiscales, el déficit primario marcó en julio un retroceso de 35,4% en relación al mismo mes de 2017, a partir de ingresos (+25,6%) que volvieron a mostrar un alza superior a la del gasto primario (+19,1%), con una brecha que ascendió a 7 puntos porcentuales. Por otro lado, el déficit financiero se habría incrementado un 21% si no se considera el efecto sobre los pagos por intereses derivado del traslado de un vencimiento del mes de junio que operó en un día inhábil y se pasó al mes de julio.

El retroceso del déficit se vio favorecido por la contención del gasto primario, el cual volvió a contraerse en términos reales, en esta oportunidad 9,2%. Al descenso en el gasto de capital en términos nominales, se sumó un avance por debajo de la variación del nivel general de precios en los rubros más relevantes del gasto, incluidos los subsidios económicos, que el mes anterior habían experimentado un incremento significativo, tras la suba del tipo de cambio y de la cotización internacional del petróleo.

Con estos datos, el déficit acumulado para los primeros siete meses de 2018 presentó un descenso de 27,8% en términos interanuales, resultando equivalente a 0,9% del PIB, número que representa 1/3 de la meta anual de 2,7% del Producto. Los ingresos (+26,2%) continúan creciendo varios puntos por arriba del gasto primario (+19,3%), en donde el incremento por encima del promedio en las prestaciones sociales (+28,9%) viene siendo compensado por el descenso en los gastos de capital (-19,8%) y por adecuaciones en las tarifas de los servicios públicos que permitieron moderar el avance de los subsidios económicos. Estos registraron un aumento de 9,9% en los primeros 7 meses del año, equivalente a una contracción de 14,5% en términos reales.

En relación también con las finanzas del sector público, si bien el spread de los bonos argentinos sigue más castigado que el de los pares regionales, en un contexto de salida de capitales de mercados emergentes, esta semana el Ministerio de Hacienda realizó una nueva licitación de Letras en dólares, en la que logró renovar algo más del 90% de los USD 1.000 millones que vencían. Se trató de un porcentaje ampliamente superior al que se venía observando en las últimas licitaciones, aportando un avance de cara al cierre del programa financiero para el corriente año. En simultáneo, el gobierno reabrió la licitación de Letras en pesos, logrando captar otros $36.173 millones, los cuales sumados a lo colocado la semana previa totalizan unos $59.000 millones, cifra equivalente a USD 2.000 millones al tipo de cambio actual y a un 43% de los pesos se habían emitido con el vencimiento de Lebacs del miércoles pasado.

Por otra parte, como se indicó, los efectos de la suba del tipo de cambio comienzan a hacerse evidentes en los números del sector externo. Excluyendo las importaciones de combustibles, que se incrementaron exclusivamente como resultado de los mayores precios internacionales, las compras externas presentaron en julio su segunda caída consecutiva en términos interanuales (-2,2%), luego de 19 meses con variaciones positivas. A pesar de esto, las mayores importaciones de combustibles, y el freno en las exportaciones producto de la sequía (las exportaciones totales crecieron 1,7%, mientras que las de productos primarios se contrajeron un 23%) hicieron que el déficit comercial se sitúe en un nivel similar al promedio de los primeros cinco meses del año (USD 789 millones). Con una tendencia similar a la que vienen delineando las importaciones de bienes, la salida neta de divisas asociada al turismo internacional volvió a moderarse en julio, registrando una caída interanual de 27% de acuerdo a los números del Balance Cambiario que elabora el BCRA.

Por último, en lo que respecta a los datos de actividad agregada, estos presentaron en junio un retroceso de 6,7% interanual (i.a.), con un descenso en la medición desestacionalizada respecto a mayo de 1,3%, que llevó la variación trimestral para el segundo cuarto del año a -3,9%. Al igual que en los dos meses previos, el comportamiento del agro (-31% i.a.) continuó siendo determinante, explicando aproximadamente un 50% de la caída del índice general, pero a este se sumaron en junio retrocesos en otros sectores importantes como el comercio (-8,4% i.a.) y la industria (-7,5% i.a.), y un alto en el avance que venía registrando la actividad de la construcción, reflejando de un cambio en la dinámica observada en este sector.

CONTENIDOS

  • Resultado fiscal: más avances hacia el cumplimiento de la meta de 2018 (pág.2)
  • Sector externo: nuevo impacto de las correcciones cambiarias (pág.3)
  • Nivel de actividad: cambio de tendencia en el segundo trimestre (pág.5)
  • La marcha de los mercados (pág.6)
  • Estadístico (pág.8)

 

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