Huracán lo perdió en la última y jugará la Copa Sudamericana

Huracán tuvo tres caras: una de terror, en los minutos iniciales del juego; una de tiburón, cuando se dio cuenta que tenía con qué imponerse y olió sangre; y una de conformismo, sobre el final, cuando las piernas empezaron a pesar.

El Globo se encontró con un penal en contra a los 15 segundos. Así como sacó del medio, Sporting Cristal puso en práctica una jugada evidentemente trabajada y ante la caída de Corozo en el área, el árbitro sancionó penal. VAR mediante, dio marcha atrás.

La tecnología sería el gran aliado de Huracán en ese alocado principio, porque minutos después no llamó al réferi por una patada que podía haber sido de roja de Santiago Hezze, y luego, Brenner definió una gran acción colectiva, pero desde la cabina advirtieron a Raphael Claus de un brazo arriba de Yotún, partícipe clave de la jugada, contra Benítez, en el comienzo del ataque.

Ante tanta intensidad ofensiva de los Celestes, la intención del equipo quemero fue clara: dormir el partido. Sin embargo, llegado a la mitad del primer tiempo, Huracán se encontró con dos jugadas clarísimas consecutivas, ambas desde el córner, con cabezazos que el arquero Solís le sacó primero a Sauro y luego a Cordero. A partir de allí, el Globo reaccionó, se adelantó en el campo y terminó mejor.

La clave estuvo en Jonás Acevedo: el zurdo empezó a agarrar la pelota y asociarse, primero por derecha con Soto, y luego tirándose hacia la izquierda, donde encontró en Gauto y Benítez socios para lastimar a una defensa peruana que era frágil, como de Cristal. Sin embargo, en el segundo tiempo, el partido se tornó desordenado, el juvenil sintió el cansancio, Huracán se fue quedando, y el juego comenzó a desvanecerse de a poco.

Con tres cambios de un tirón, Thiago Nunes logró que su equipo recupere la intensidad de los minutos iniciales, pero sin terminar de incomodar a un firme Lucas Chaves. Recién en los minutos finales lograron volver a llegar al fondo; antes, centros frontales o disparos de afuera del área fueron los únicos recursos que Sporting Cristal encontró.

El Globo, predispuesto nuevamente a jugar de contra, tuvo dos inmejorables, pero ambas fueron desperdiciadas por malas decisiones de Cóccaro. Y en los minutos finales apareció la tercer cara, la del conformismo. Ir a penales se convirtió en un negoción. Aún así, en la que era la última ‘Juanchón’ García se inventó un mano a mano que él mismo tiró afuera. Claus adicionó 2′ más y Sporting Cristal lo ganó: el ingresado Irven Ávila recibió dentro del área y la cruzó con un sutil y preciso derechazo que batió a Chaves.

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Huracán estuvo a la altura. Supo jugar y supo sufrir. Pero ni en la ida ni en la vuelta logró aprovechar sus momentos, y en el último respiro de una serie infartante, se le escapó. El Globo deberá conformarse con jugar la Copa Sudamericana. Sporting Cristal se queda con el premio doble: la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores, y los 3 millones de dólares.