Hallan posibles signos de vida en Venus

LA INEXPLICABLE PRESENCIA DE FOSFINA, UN GAS RELACIONADO CON LA VIDA EN LAS NUBES DE VENUS APUNTA A LA PRESENCIA DE MICROORGANISMOS EN EL PLANETA MÁS CALIENTE DEL SISTEMA SOLAR.

Carl Sagan fue el primero en señalar a las nubes de Venus como uno de los sitios más prometedores del Sistema Solar en la búsqueda de vida extraterrestre. En ‘Life In the Clouds of Venus’, un estudio publicado en 1967, el autor de ‘Cosmos’ (1980) especuló que a partir de la composición bioquímica de las nubes venusinas, sería posible la existencia de formas de vida sencillas flotando sobre ellas.

53 años después, una investigación parece haber encontrado un indicador casi inequívoco de vida en el planeta más caliente del Sistema Solar.

¿QUÉ ES LA FOSFINA Y POR QUÉ PUEDE INDICAR LA PRESENCIA DE VIDA?

“Hemos detectado fosfina en la atmósfera de nuestro planeta vecino Venus. La razón de nuestra emoción es que la fosfina en la Tierra es provocada por microorganismos que viven en ambientes libres de oxígeno, así que hay una oportunidad de que existan organismos vivos en las nubes de Venus”, explicó en conferencia de prensa Jane Greaves, astrónoma de la Universidad de Cardiff y autora del estudio.

La fosfina (PH3) es un gas altamente tóxico con un olor a ajo o cebolla que en nuestro planeta se produce únicamente por dos vías: a partir de los efectos de la industria de los insecticidas y similares o bien, de forma biológica por microorganismos que degradan materia orgánica.

Aunque se ha comprobado la existencia de fosfina en Júpiter y Saturno, planetas con atmósferas dominadas por gas y muy distintas a las del Sistema Solar interior, el hallazgo de fosfina en un mundo rocoso como Venus sugiere la presencia de microorganismos.

En la astrobiología, la fosfina generalmente se considera un gas biomarcador, es decir, un indicador invariable de la existencia de un proceso biológico.

La investigación ‘Phosphine gas in the cloud decks of Venus’ publicada esta mañana en Nature Astronomy, explica que después de un ‘estudio exhaustivo’ de las reacciones químicas producidas en la atmósfera, las nubes, la superficie y el subsuelo de Venus, además de las descargas de rayos, volcanes y meteoritos, los astrónomos no fueron capaces de encontrar la fuente de dónde proviene este gas.

UNA ‘POSIBILIDAD ESPECULATIVA’

La hipótesis más atractiva –y probable hasta el momento– es por supuesto, la que asegura “el PH3 podría originarse por analogía con la producción biológica de PH3 en la Tierra, indicador de la presencia de vida”.

Sin embargo, también es posible que la presencia de fosfina en la atmósfera de Venus se deba a fenómenos fotoquímicos o geoquímicos completamente desconocidos hasta ahora.

El equipo de científicos de Estados Unidos, Reino Unido y Japón detectó la fosfina con el telescopio submilimétrico James Clerk Maxwell (JCMT) y posteriormente confirmó las primeras observaciones con ALMA (Atacama Large Millimeter/Submillmeter Array).

No obstante, los autores del hallazgo han sido especialmente cuidadosos en que si bien la fosfina es conocida en la Tierra como un biomarcador, su existencia en Venus no es un signo inequívoco de vida en aquél planeta y han llamado a esta hipótesis ‘una posibilidad especulativa’.

Durante la presentación virtual del hallazgo, Jane Greaves enfatizó en este apartado: “no estamos asegurando que encontramos vida en Venus, sino que detectamos fosfina, cuya existencia y origen es un misterio”.

Los científicos especulan que muy probablemente, la vida en Venus se originó en el pasado remoto del planeta, cuando su temperatura era más fría y poseía océanos de agua líquida. Siguiendo este escenario, es probable que algunas formas de vida microscópicas emigraran a las nubes una vez que la superficie se hizo demasiado caliente como para albergar vida.