Carlitos Balá cumple 95 años

Carlos Salin Balaá nació el 13 de agosto de 1925 en el barrio de Chacarita. En la carnicería de su papá, Carlitos solía inventar pequeñas obras de teatro. Las representaban figuras de papel en escenarios armados con cajones de verdura.

Para garantizar el público en la vidriera colgaba un cartel que decía: Hoy función. Solía escaparse del colegio para ver a ídolos en el cine: Chaplin y Buster Keaton. Tímido, solía recordar su primer papelón. En un acto escolar debía decir un verso corto sobre la provincia de Mendoza y se lo olvidó. Las funciones quedaron solo para sus íntimos.

 Sus amigos amaban sus chistes, pero la timidez lo paralizaba para probarse en el espectáculo. Recién a los 30 años aceptó la invitación de uno de ellos para realizar una prueba para el programa éxito de la época: La revista dislocada. Se presentó como “Carlitos Valdez”. Cuando su voz salió por la radio su padre no lo reconoció. Desilusionado, conservó el Carlitos pero a su apellido le sacó una a. Nacía Carlitos Balá.

El año pasado, el programa de Santiago del Moro, contó: “Estuve toda mi vida con él, desde los 18 años, siete de novio, 56 de casados. Me presenta como su mamá”, dijo la mujer entre risas. Y agregó: “Para mí es un chico caprichoso”. “En una pareja uno se tiene que adaptar, yo me adapté a la modalidad de él por su trabajo, yo dejaba que ensayara tranquilo. Me gusta cuando sonríe, que esté feliz”, sostuvo la mujer que lo acompaña desde sus inicios. Seguramente hoy le cocinará sopa de sémola y empanadas de choclo o pollo, sus platos favoritos Tienen dos hijos, Martín y Laura y dos nietos: Tomás y Laurita (para distinguirla de su mamá).

“Estoy recibiendo todo el amor que di. Llego a esta edad con el cariño de la gente, algo que no tienen los políticos. Soy el hombre más feliz del mundo”, asegura y no se equivoca.